Este blog se ha creado para que podamos compartir opiniones y reflexiones relacionadas con nuestra sociedad y con nuestras diferentes formas de entenderla y que también sea un punto de encuentro en donde podamos compartir información de interés para que entre todos podamos buscar opciones para solucionar o mejorar los problemas cotidianos que nos afectan diariamente directa o indirectamente. Y es por esto por lo que te invitamos a compartir tus opiniones con nosotros
La idea es que este blog nos sirva para recoger todas nuestras opiniones sobre la realidad que nos rodea y así se pueda convertir en una herramienta de reflexión que nos ayude a mejorar como personas, buscando entre todos opciones para mejorar interiormente.
En este Blog podemos abordar cualquier tema relacionado con nuestra sociedad y sus consecuencias; Ej. Drogodependencias y sus consecuencias, Globalización y sus consecuencias, Corrupción y sus consecuencias, Etc. Etc. Etc.
Lo que se pretende es que sea un punto de reflexión desde donde podamos comparar opiniones y a la vez nos sirva de ayuda ante algunas dudas o preguntas que tengamos respecto a la vida cotidiana.
Espero poder contar con vuestra ayuda.
miércoles, 23 de mayo de 2007
ME ESssPLICO
Quiero dejar claro que yo soy A PARTIDISTA o lo que es igual que no creo ni simpatizo con ningún partido político, puesto que creo sinceramente que estos señores que supuesta mente nos deberían representar, han perdido el norte y lo único que representan y defienden son sus propios intereses y el de sus partidos políticos.
Mi única intención al publicar estos artículos es la de compartir con todos ustedes un momento de reflexión puesto que el próximo día 27 de mayo tenemos elecciones y entre todos los que vallamos a votar eligiéremos ( o no) a las personas que dirigirán el futuro de todos nosotros durante los próximos 4 años (puesto que las desiciones que ellos toman desde sus despachos nos afectan a todos directa o indirectamente) y es por esto por lo que he intentado durante este mes compartir con ustedes mis inquietudes y dudas sobre nuestra realidad actual yo creo sinceramente que puede mejorar pero para ello debemos ser consientes de la realidad que nos rodea y sobre todo ser honestos con nosotros mismos y dejar de mirar hacia otro lado y esperar que venga alguien a solucionarnos nuestros problemas. Hasta que no aprendamos a trabajar unidos por un bien común, el de la comunidad o lo que es lo mismo por el bienestar de todas la personas que formamos nuestra sociedad.No seremos capases de evolucionar como sociedad puesto que el verdadero problema no son nuestros políticos, puesto que ellos solo son un reflejo de nuestra sociedad , debemos aprender a dejar aparte la avaricia, el odio, la envidia, el egoísmo y otras muchas mas debilidades humanas que mas tarde o mas temprano nos destruirán como nosotros estamos destruyendo la tierra consiente o inconscientemente, no pretendo ser negativo pero si somos sinceros creo que ya es hora de cambiar y buscar opciones para mejorar un poco la realidad que nos rodea todo esto, solo depende de cada uno de nosotros y debemos elegir libremente como queremos vivir.
En fin ustedes mismos
Atentamente Gustavo rios
martes, 22 de mayo de 2007
Socialismo utópico
De Wikipedia, la enciclopedia libre
el socialismo utópico es el mas sencillo de todos los moviemientos que ha hecho Robert Owen, quien a él se le acuñe este término por su calidad de vida donde esta basada su propia historia, todo este movimiento esta basado en el cooperativismo, en donde manifiesta su propia vida social y que lo ha hecho como a uno de los pioneros del socialismo utópico.
Historia [editar]
La figura más notable de los pensadores ingleses que se preocupaban por mejorar las condiciones de los obreros fue Robert Owen, quien trató de llevar a la practica sus ideas sobre la organización del trabajo y la distribución de la riqueza, estableciendo el seguro social, bibliotecas, escuelas para niños y adultos, y otras prestaciones para los obreros, en una comunidad que llamó New Harmony. De ella se derivan los modelos de las comunidades utópicas. Algunos dicen que las ideas socialistas de Owen fracasaron porque pretendían, por medio del convencimiento obtener el respaldo de la sociedad -incluída la burguesía- solo al ver el ejemplo, otros dicen que era por carecer de un plan viable a largo plazo, otros porque dicen que estos socialistas prefiguraban demasiado un modelo único o cerrado de la sociedad futura planteando sociedades con proyectos o evoluciones acabados cuando la realidad está en continuo movimiento, otros esbozan diversas teorías de su fracaso algunas más serias que otras.Los pensadores franceses creyeron que era posible transformar la sociedad por medio del convencimiento, la buena voluntad y los sentimientos religiosos. De aquí que se les aplique el calificativo de utopistas como a Robert Owen, ya que sus soluciones estaban en el campo de la voluntad así como de proyectos de sociedad pre-establecidos (utopías). Los más notables fueron Henri de Saint-Simon y Charles Fourier.
Es necesario decir que de una parte de estas teorías se forman posteriormente algunos componentes de las doctrinas anarquistas, especialmente por el enfoque en la voluntariedad, entre otros aspectos; pese a eso el socialismo utópico también fue cuestionado por los anarquistas por ofrecer mundos predeterminados fijamente a un modelo al que las personas se tenían que ajustar y no al revés.
Ejemplos [editar]
El socialismo utópico se encuentra dividido en dos ramas: los farms (ideados por Robert Owen) y los falansterios (ideados por Charles Fourier). Del modelo de Owen surgen los llamados Kibutz en Israel, inspirados por su propia ideología sionista.Puedes ayudarte con las wikipedias en otras lenguas.
Participación ciudadana
De Wikipedia, la enciclopedia libre
De los casos de intervención ciudadana en las decisiones del gobierno. Otra de las formas de lo que significa la participación ciudadana es a través de Organización no gubernamental las cuales pugnen por ciertos temas sociales sin sustituir en las funciones del gobierno sino evaluándolas o apoyándolas.
También relacionado con la Democracia deliberativa, en cuanto a poner a discusión los temas de importancia de los ciudadanos en foros organizados o por otras vías.
Últimamente, organismos estatales forman consejos ciudadanos para la administración o evaluación de las políticas publicas. Formados de ciudadanos interesados y expertos independientes.
Artículos Relacionados [editar]
- Iniciativa popular
- Referéndum
- Revocatoria de mandato
- Democracia directa
- Democracia deliberativa
- Organización no gubernamental
- Democracia participativa
Enlaces externos [editar]
Pagina del Area de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Malaga.Utopía
De Wikipedia, la enciclopedia libre
- Para el álbum discográfico, véase Utopía (álbum).
Moro hace referencia a dos neologismos griegos con esta palabra: outopia (ningún lugar) y eutopia (buen lugar).
Tabla de contenidos[ocultar] |
La Utopía de Tomás Moro [editar]
Moro describe una sociedad organizada racionalmente, a través de la narración de los hechos que realiza un explorador, Rafael Hytlodeo. Utopía es una comunidad que establece la propiedad común de los bienes. No existen los abogados y no envía a sus ciudadanos a la guerra -salvo en casos extremos-, pero contrata mercenarios entre sus vecinos más belicosos.Todos los ciudadanos de la isla viven en casas iguales, trabajan por periodos en el campo y en su tiempo libre se dedican a la lectura y el arte. Toda la organizacion social de la isla apunta a disolver las diferencias y a fomentar la igualdad. Por ejemplo que todas las ciudades sean geograficamte iguales.En la isla impera una paz total y una armonia de intereses que son resultado de su organizacion social. En la isla se ha eliminado por completo el conflicto y sus potenciales posibilidades de materializacion. En general se concibe a la comundidad utopiana como una sociedad perfecta en su organizacion y completamente equitativa en la distribucion de los recursos escasos.El gobierno politico de la isla ha sido un tema de controversia para la teoria politica, dada la dificultad que se obtiene al quererlo clasificar segun una perspectiva tradicional(aristotelica). El gobierno de los utopianos conjuga elementos de la aristocracia con elementos democraticos, conjugacion que pone en duda la calificacion de Republica para la isla.Una Republica supone la participacion en el gobierno de todos los ciudadanos, cosa que no pasa en utopia dado el caracter aristocratico de sus gobernantes.Suelen tomarse dos posturas respecto a esta dificultad en el pensamiento politico,posturas opuestas que responden a una pregunta de caracter ontologico en la teoria politica. La pregunta es ¿la identificacion (y por ende su misma escencia)de lo politico esta directamente relacionado con la existencia del conflicto o puede ser autonomo de este?. Pregunta que no tiene una respuesta ultima objetiva si no que dependera de la postura filosofica que se adopte para responderla.Aquellos que entienden a la politica como dependiente del conflicto no encuentran otro regimen politico en la isla que su misma organizacion social, puesto que esto es lo que elimina el conflicto.El gobierno que impera no seria de caracter politico sino administrativo. Aquellos que entiendan la politica como autonoma del conflicto le otorgan un caracter politico al gobierno de los utopianos describiendo asi un tipo de Republica alternativa con algunas salvedades de la concepcion clasica. Desde entonces, se ha empleado el término Utopía para describir tanto obras de ficción que presentan las ideas de un autor respecto a la manera en que una sociedad se debe organizar mejor, como en comunidades fundadas para poner en práctica tales teorías.La utopía puede ser idealista o práctica, pero el concepto ha adquirido una fuerte connotación de perfección optimista, idealista e imposible. La utopía puede ser contrastada con la distopía (antiutopía, pseudoutopía) o con la utopía satírica.
Utopías Modernas [editar]
Muchos autores como Arnhelm Neusüss han indicado que las utopías modernas son esencialmente diferentes a sus predecesoras. Otros en cambio, señalan que en rigor las utopías sólo se dan en la modernidad y llaman cronotopías o protoutopías a las utopías anteriores a la obra de Moro. Desde esta perspectiva, las utopías modernas están orientadas al futuro, son teleológicas, progresistas y sobre todo son un reclamo frente al orden cósmico entendido religiosamente, que no explica adecuadamente el mal y la explotación. Así las utopías expresan una rebelión frente a lo dado en la realidad y propondrían una transformación radical, que en muchos casos pasa por procesos revolucionarios.Se ha criticado que las utopías tienen un carácter coercitivo. Pero también se suele añadir que las utopías le otorgan dinamismo a la modernidad, le permiten una ampliación de sus bases democráticas y han sido una especie de sistema reflexivo de la modernidad por la cual esta ha mejorado constantemente. Por ello no sería posible entender la modernidad sin su carácter utópico.
Las utopías han tenido derivaciones en el pensamiento político -como por ejemplo en las corrientes socialistas ligadas al marxismo y el anarquismo-, literario e incluso cinematográfico a través de la ciencia ficción social. La clasificación más usada, hereda la pretensión del marxismo de estar elaborando un socialismo científico y por tanto restringe el nombre de socialismo utópico a las formulaciones ideológicas anteriores a éste, aunque todas ellas comparten su origen en la reacción a la revolución industrial, especialmente a la condición del proletariado, siendo su vinculación al movimiento obrero más o menos próxima.
Utopía económica [editar]
Las utopías socialistas y comunistas se centraron en la distribución equitativa de los bienes, con frecuencia aboliendo completamente la existencia del dinero. Los ciudadanos se desempeñan en las labores que más les agradan y que se orientan al bien común, permitiéndoles contar con mucho tiempo libre para cultivar las artes y las ciencias. Experiencias prácticas que han sido plasmadas en Comunidades utópicas en el siglo XIX y XX.Las utopías capitalistas se centran en la libre empresa, en una sociedad donde todos los habitantes tengan acceso a la actividad productiva, y unos cuantos al gobierno.
Utopía ecologista [editar]
La utopía ecologista se ha plasmado en el libro Ecotopía, en el cual California y parte de los estados de la costa Oeste se han secesionado de los Estados Unidos, formando un nuevo estado ecologista.Utopía política e histórica [editar]
Una utopía global de paz mundial es con frecuencia considerada uno de los finales de la historia posiblemente inevitables.Utopía religiosa [editar]
La visión que tienen tanto el Islam como el cristianismo respecto al paraíso es el de una utopía, en especial en las manifestaciones populares: encantadoras especulaciones de una vida libre de pobreza, pecado o de cualquier otro sufrimiento, más allá de la muerte (aunque la escatología cristiana del "cielo" al menos, es casi equivalente a vivir con el mismo Dios, en un paraíso que asemeja a la Tierra en el cielo). En un sentido similar, el nirvana del budismo se puede asemejar a una utopía. Las utopías religiosas, concebidas principalmente como un jardín de las delicias, una existencia libre de toda preocupación con calles cubiertas de oro, en una gozosa iluminación con poderes casi divinos, se perciben siempre como motivos suficientes para permanecer fiel a una religión y convertir a nuevos miembros.Bibliografía de obras utópicas [editar]
- La República, de Platón en griego, 370 adC.
- Utopía, de Tomás Moro en latín. (1516)
- La Ciudad del Sol (Civita Solis), de Tommaso Campanella. En latín. (1623)
- La Nueva Atlántida (New Atlantis), de Francis Bacon. En inglés. (1627)
- Christianopolis, de Johann Valentin Andrea. En latín. (1619)
- The Commonwealth, de Gerrard Winstanley. (1652)
- Oceana, de James Harrington. (1656)
- Isla de Tamoe, de Marqués de Sade. (1788)
- Harmony, de Charles Fourier. (1808, 1822, 1829-30)
- Voyage en Icarie, de Ettiene Cabet. En (1840)
- USA 2000, de Edward Bellamy de 1888
- News from Nowhere, de William Morris. 1891
- Una utopía moderna (A Modern Utopia), de H.G. Wells. En (1905)
- Pala, de Aldous Huxley. (1894-1963)
- Shangri-La, de James Hilton. 1933
- En el siglo XXIX Un periodista en 2889, de Julio Verne. (1828-1905)
- Utopía y sociedad ideal, de J.C. Davis.
- Utopías y pensamiento utópico, de F.E. Manuel.
Enlaces externos [editar]
WikcionarioWikcionario tiene una entrada sobre Utopía.
- Utopía (ebook)
- Retamal, Christian. (1998). “Utopía y nihilismo.” Revista del Centro de Estudios Públicos n° 71. Santiago. Chile.
- Retamal, C. (2004). “La fluidez ontológica como propuesta utópica de la globalización. Brechas, posibilidades y conflictos.”
- Utopia and Utopianism es una revista académica especializada en los temas de la utopía y del utopismo.
- utopia_Moore es un grupo Yahoo dedicado a la Utopia
- Utopía y Masonería
- Noticias Utópicas
Ética, Politica y Sociedad
Miguel Giusti

Notas

POLITICA Y ETICA
La política es, antes que nada, una actividad humana, es una actividad que se ejerce por las personas y como tal está regida por la moral, que regula la conducta humana en cuanto al bien y al mal.
Bajo esos esquemas, no se entiende cómo hoy observamos a algunos gobernantes pender su futuro como políticos en el concepto de ser honestos, aunque estén rodeados de colaboradores corruptos.
Creer que con la aportación de un solo individuo las cosas puedan cambiar, es tanto como querer suplantar el valor de la sociedad con el suyo propio y eso es una actitud arrogante.
Por eso todo está relacionado, cuando se habla de gobernantes con más humildad, con honestidad, nos referimos a una conjugación de valores, de virtudes que componen una opción real de liderazgo.
LA POLÍTICA Y LA ÉTICA
1) Concepto de Política.
Según su etimología, "político/a" es lo relativo a la polis, término con que los griegos designan la "comunidad" más amplia, última, no englobada en otra posterior y superior, resultado y condición de la plena realización humana.
En cuanto miembro de la ciudad se es polites. La constitución estructuras y jurídica de la polis es politeia (que puede también, según los contextos, traducirse por ciudadanía, constitución, res pública, democracia).
La idea de polis entraña un sentido de plenitud convivencial que está ausente de los términos latinos civitas, civis, civilis con que literal y respectivamente se traducen polis, polites, politikós. Sustantivado el término, "política" ("la" política) será el conjunto, orden o esfera de todas las actividades e instituciones, saberes y haceres, que se refieren específicamente de uno u otro modo a la polis.
Con el término "política" se designa, en efecto, no sólo un determinado tipo de realidad, sino también los saberes acerca de ésta (descriptivos y/o prescriptivos, teóricos/prácticos, científico-positivos o filosóficos,...).
Por "política" se entiende también tradicionalmente un "arte" (forma de saber práctico inmediato o simple actuar prudencial de quien posee dotes especiales, más naturales que adquiridas, para la dirección, gobernación o pastoreo de "hombres" en colectividad). Según otras acepciones, usuales también en referencia a ámbitos ajenos a su sentido más propio, "política" es, en general, un conjunto de supuestos, principios, medios, actividades con que se organiza y dirige un grupo humano para la consecución de determinados objetivos ("la política de nuestra empresa"); conjunto de criterios y objetivos, proyectos, planes y programas de acción, global o sectorial, de agentes individuales o colectivos, públicos ("la política fiscal del gobierno"), o privados ("la política de ventas de nuestra Casa"). Y "con política" o "políticamente" se quiere decir, según el contexto, "con cuidado", "suavidad", "cortesía".
La ciencia política puede definirse como un conjunto de enunciados descriptivos sobre las instituciones y acciones políticas. Estas instituciones y acciones consisten básicamente en relaciones de autoridad, gobierno y poder. La acción política será, por tanto, el ejercicio de esas relaciones. Ejemplos de acciones políticas son las decisiones legislativas de una asamblea soberana, o las decisiones ejecutivas de un gobierno legítimo.
2) Concepto de Ética.
La ética determina, por medio de enunciados normativos, qué debe hacerse (a qué se está obligado o, en general, qué debe ser). Esta determinación se realiza por dos vías: mediante la formulación de principios generales y particulares, o mediante la elección de un procedimiento ecuánime y generalmente aceptado, capaz de permitir una decisión sobre cada acción éticamente relevante. Cabe una distinción entre los enunciados de la ética: deontológicos y axiológicos. Los primeros se refieren al deber (por tanto se aplican a una acción o a un agente en tanto que obligatoria u obligado). Los segundos se refieren al valor (se aplican a objetos o estados de cosas en tanto que objetivamente valiosos o simplemente valiosos para alguien).
3) La Ética Política.
La ética política puede definirse etimológicamente como la ética propia del estado o la organización social. En este sentido estaría constituida por las normas de acción que efectivamente permiten la convivencia y la cooperación social y coordinan las acciones individuales para fomentar el bienestar general. Por otro lado, desde un punto de vista moderno podemos definir la ética política como la parte de la ética que se ocupa de los principios o normas de acción que deben regir el comportamiento del político en su calidad de gobernante o legislador, responsable, en última instancia, del bienestar y seguridad de todos los miembros del estado.
La ética política adquiere su personalidad a partir de las difíciles relaciones históricas entre ética y política. Mientras la ética filosófica se halla comprometida con la formulación de principios universalmente válidos, que han de generar obligaciones (y, en contrapartida, derechos) irrenunciables, la práctica política se ve abocada a la toma de decisiones que, para hacer compatibles valores en conflicto, han de negar o limitar algunos de los derechos que la ética considera inalienables. Aspectos tópicos de esta vieja disputa son el debate libertad vs seguridad; derecho individual vs interés nacional; derecho de resistencia vs obediencia política, etc.
La ética política es ética aplicada y, «desde la perspectiva de su aplicación, la ética debería ser entendida como el impulso del buen hacer y el rechazo de lo que está mal hecho. Si pensamos en el hacer político, habrá que decir que la ética es el impulso de la buena política y la crítica de la mala política. De algún modo, pues, el discurso ético se encuentra antes y después de la práctica política: antes, porque fija horizontes; después, porque critica sus fallos, desviaciones y omisiones. Si es difícil determinar en qué consiste la buena política, no lo es tanto decir en qué se está equivocando la política, cuando incurre en maldades. De una parte, la política es mala si utiliza procedimientos y medios impropios para fines supuestamente justos y democráticos. La mala política es, en una palabra, la política corrupta. También es mala la política que no se dedica a combatir el mal del mundo: las injusticias, las catástrofes, los privilegios, la violencia, la discriminación, el terror. Ahí es donde entra, como consecuencia, la buena política, dirigida a corregir lo que no es como debería ser» (Camps, V., "El segundo Rawls, más cerca de Hegel", Daimon. Revista de Filosofía, nº 15, 1997, p. 64)
Tradicionalmente se buscaron caminos para someter la política práctica al imperio de los mandatos morales. Este intento proscribiría la injusticia, llenando de contenido ético la acción política. Sin embargo, este anhelo histórico de la filosofía moral se vio contrariado, paradójicamente, por la ética kantiana. En efecto, el rigorismo, universalismo y formalismo kantianos elevaron tanto la exigencia moral que parecía imposible que una práctica política no acabase por dar la espalda a la ética. Hegel supo ver que la moral pura jamás podría llegar a ser práctica. Ante él se abría un dilema: o justificar la aceptación de un imperativo categórico irrealizable o admitir la práctica impura como única alternativa al quietismo. Hegel optó por esto último.
Ahondando en esta escisión entre principios éticos irrealizables y pragmatismo político sin límites externos, Max Weber formuló una distinción clásica en el campo de la ética política: la distinción entre ética de la convicción y ética de la responsabilidad o de las consecuencias. Desde Weber seguimos haciendo uso de esta distinción cada vez que abordamos las relaciones entre ética y política. La acción política se debe al cálculo de las consecuencias de sus actos, mientras que una ética basada en principios inamovibles acaba por no poder dar cuenta de las consecuencias de los actos. Así Victoria Camps sostiene, refiriéndose a la distinción de Weber, que mientras una ética pura juzga, critica y niega la acción (sobre la base de los principios), la acción política acaba ensuciándose las manos. Desde esta perspectiva es imposible que la ética pueda iluminar una teoría de la acción.
Pero precisamente la tarea de la ética política es tratar de salvar ese abismo entre los principios y la acción, entre el individuo y la comunidad política. El contenido de la ética política, así como su alcance y el optimismo con que ha afrontado su cometido, han variado históricamente, dependiendo de la concepción ética dominante. Por eso, creemos que el mejor modo de abordar el carácter y contenido actual de una ética política, e incluso su misma posibilidad, es recorrer las etapas históricas más significativas de la relación entre ética y política, aunque sin perder de vista que nuestro objetivo no es el mero análisis histórico, sino la mejor comprensión del momento actual de esta relación. Con vistas a esta comprensión, nos centraremos en la comparación entre el mundo antiguo y la modernidad, comparación que nos llevará a los problemas contemporáneos y nos sugerirá la solución.
“Que te compren no me extraña
que te vendas... ¡eso sí!
y lo que menos comprendo
es que no te extrañe a ti.”
Augusto Ferrán.
TODA
La Academia define la decencia como “aseo, compostura y adorno”. El diccionario Vox, más expeditivamente: “respeto interior a las buenas costumbres y a las conveniencias sociales”, una definición que bien mirada, es bastante indecente. Aquí nos referiremos fundamentalmente al concepto de decencia como sinónimo de dignidad: Vivir con decencia. Como vivía aquel jornalero andaluz sin trabajo que contestó, “En mi hambre mando yo”, cuando le fueron a proponer que votara al PP que él consideraba indecente.
Se ha procurado asimilar léxicamente lo indecente a lo verde.. La decencia, como alusión de relatividades sociales, es un matiz de salón y la calificación de verde debe venir de la timidez y susto con que los hombres de salón encaran los frescos valores del medio rural. Se asustan de lo verde, como del sol y del aire libre. Hay decencias que no tienen mucho más valor que las gafas de color. Por eso el pueblo que no alude nunca sino nombra, que se familiariza fácilmente con el verdor campesino no es nunca indecente.
La tabla valorativa de la “decencia” es documento precioso para conocer las entretelas del convencionalismo social. Creer que los niños venían de París o que los traía una cigüeña, fueron carteles de blasón de la decencia. Puede llamarse indecente la falda corta, y no la usura larga; el escote bajo, no el enriquecimiento rápido de algunos altos cargos.
No cabe duda que la codicia, el engaño, el fraude, el interés, circulan por nuestro país mucho más expeditivamente al no ser aludidos y denunciados por ninguna previa repulsa de “indecencia”. Hay enormes indecencias éticas que transitan por el mundo a los ojos de todos. Todo lo que no podía exhibirse en un vestido, puede exhibirse tranquilamente en un negocio. ¡Y no acude ningún guardia para advertir que se está faltando a la decencia pública! Se baja la voz para decir en Consejo de Administración de una fábrica de material de guerra: “hace falta que todo vaya peor, para que el negocio pueda ir mejor”. Con la misma pluma que se escribe las mejores palabras populares, se redacta la “letra chica” que, al dorso de un contrato, anunciará las mil formas de no pagar lo que se promete en la letra gorda. Hay una sutil indecencia de mínima tipografía que se desliza como un reguerillo de hormigas, advirtiendo que las empresas no se hacen responsables de que el tren no llegue, la luz no arda o le roben a uno el dinero. Y el político es indecente mintiendo, ocultando la verdad o prometiendo lo que sabe que no va a cumplir; el contratista revisando su presupuesto de hace unos escasos meses o pagando comisiones al no menos indecente cargo público...
Todo el mundo es espectáculo de sí mismo; toda la sociedad es teatro. A muchas leyes, a bastantes negocios y a demasiados contratos se les debe poner públicos reparos. Son muchos los reductos sociales que todavía no son aptos para menores y que no son ni discotecas, ni cines, ni teatros... Habría que adecentar la sociedad para no tener que llenar el país de carteles que prohiban la entrada a esos reductos sociales a todos aquellos ciudadanos que quieran vivir decentemente. Y como dijo el poeta: “Que aquí ninguno se siente, / y el que se venga a sentar, / se porte como la gente”.
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias
Será vano el intento de humanizar las guerras. Lo humano es evitarlas.
Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por
http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
lunes, 21 de mayo de 2007
LA PARTICIPACION CIUDADANA POR FRANCISCO ARIAS SOLIS

“Que es su voz, como ninguna
voz puede ser desde entonces,
la voz de todos a una.”
Rafael Alberti.
MUCHOS CARGOS POLITICOS TRANSMITEN UN MENSAJE DESENCANTADO
Son muchos los jóvenes que se asustan de la participación, tal como se la presentan los mayores. Pareciera que participar en un gran sacrificio, o una heroicidad, para situaciones extraordinarias, o bien que es hacer el tonto trabajar para los demás sin provecho alguno, tal como se han desarrollado las cosas. Sin embargo, los fenómenos participativos no creo que tengan nada que ver con heroicidades. Evidentemente hay un esfuerzo (en dedicación y en compromiso) por los dirigentes de cualquier movimiento, pero en general es satisfactorio por el mero hecho de sentirse a sí mismo vivo y actuante en tal proceso solidario, y posteriormente por lo aprendido de relaciones humanas, y de nuevos enfoques para ver la vida. Y sin duda más satisfactorio aún en el caso de que se consiga hacer la actividad o la reivindicación planteada, con lo que también se aprende de ese factor específico.
Hoy hay muchos dirigentes sociales y muchos más cargos políticos que transmiten un mensaje desencantado y de heroicidad frustrada a aquéllos que quieran hacer algo solidario y organizado. E incluso, con la mejor buena voluntad, no están transmitiendo más que sus propias frustraciones sobre lo que no han podido hacer. En los cargos políticos son habituales las siguientes frases: “La participación ciudadana ya no es posible, ahora a la gente eso no le interesa”; “Si se quiere eficacia no podemos caer en burocracias y democratitis”; “Plantear la participación por la participación lo único que sirve es para retrasar la gestión municipal y el que se hagan menos cosas”; “La gente no está preparada para participar en temas complejos, como los urbanísticos”, “Si cada vez que se debate un tema importante hacemos un referéndum, entonces ¿para qué estamos los concejales? Anularíamos la democracia representativa”. Todas estas frases contrastan abiertamente con la realidad de los hechos, pero sirven como “profecías” exculpatorias para justificar que no se puede intentar nada nuevo.
La participación ciudadana es posible hoy cuando hay voluntad política para ello, y a la gente le interesa si realmente se consiguen cosas concretas. Las bases y sus asociaciones tienen interés en participar cuando se supera la tomadura de pelo de tantas reuniones que no concretan nada.
Bien es cierto que durante hace unos años muchos municipios, han nombrado un concejal de Participación Ciudadana y han tratado de poner en marcha un Reglamento de Participación. La verdad es que tal concejalía, en la mayor parte de los casos, apenas ha tenido presupuestos y equipos técnicos, y por lo mismo tampoco ha sido apetecida por los políticos. De tal suerte que ha venido a ser una concejalía desvalorizada. A pesar de todo se ha intentado hacer con las Federaciones de Asociaciones de Vecinos de cada localidad y con algunas otras entidades ciudadanas Reglamentos de Participación Ciudadana con mayor o menor fortuna.
La cultura de discutir los Reglamentos entre los dirigentes vecinales y concejales y técnicos municipales, sustituyó los intereses inmediatos de las bases sociales. En muchos casos, los Reglamentos han sido un colchón amortiguador de las tensiones entre dirigentes ciudadanos y Ayuntamientos, a veces también favorecidas por la militancia en un mismo partido o en situaciones afines. Al final los dirigentes ciudadanos ya hablan en los términos jurídicos de los técnicos y los concejales, y muy poco o nada en los términos en que se expresan en la calle los jóvenes de su barrio, o las señoras que prefieren a ir hacer gimnasia al centro municipal que le han puesto. Y como dice una copla de esta vieja tierra del Sur: “Si el ser no es el parecer / cuando lo está pareciendo, / ¿para qué vamos a ver / ni a creer lo que estamos viendo?”
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias
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